Una figura mariana que crece cada año
VIRGEN APARECIDA DE LA ARENITA
En un ambiente lleno de fe y esperanza, y como una prueba del poder divino, los habitantes del pueblo de Arenitas, le rinden culto a una imagen llena de misterios
Lejos del tráfico y la bulliciosa vida de la ciudad caraqueña, llegando a San José de Barlovento, vía Cumbo en el estado Miranda, se encuentra el variopinto pueblo de Arenitas. Este es un pequeño caserío rodeado de vegetación, donde el fruto del cacao, el sonido de los tambores, la mezcla de razas y la tez oscura proveniente de los primeros esclavos africanos venidos desde lejanas tierras, se mezcla con una devoción mariana llena de amor y trascendencia, la cual, que desde hace cien años, ha guiado y formado a muchos de los habitantes de ese sector. Esa fe, de la que se celebró un año más el pasado 30 de mayo, tiene su centro de atención en la llamada “Virgen Aparecida de la Arenita”, una diminuta imagen, según afirman sus creyentes, tiene una gran cantidad de milagros y manifestaciones que ha realizado a sus devotos. Además, posee la insólita y extraña particularidad de crecer de tamaño.
Su historia
“La manifestación de esta virgen en el poblado de Arenitas, comenzó hace muchos años cuando un niño llamado Crucito, se encontró en un montículo de tierra un pequeño hueso que parecía ser una cara humana. Aquel niño, empezó a llamar a ese hueso el “uñeco” (muñeco), ya que no sabía hablar muy bien. Dicho hueso, aunque se lo botaron tres veces a aquel travieso infante, un día, la madre de ese niño, la cual estaba cargando agua de una tapara, decide limpiar ese objeto, descubriendo en aquella extraña formación una pequeña imagen”. Así lo expresa Néstor Reyes, nieto directo de aquel niño llamado Crucito Bustamante, quien también afirma que fue en ese momento cuando la madre decidió guardar el tan preciado muñeco de su hijo en una pequeña mota de algodón, ubicándole detrás de una imagen de San Antonio. Según este, al pasar el tiempo, la madre y los familiares deciden buscar aquella extraña imagen guardada, encontrándose con la sorpresa de que en dicho hueso, estaba formada lo que parecía ser la cara de la virgen María. Sin embargo, la sorpresa no quedaría allí, ya que a través de los años, esa pequeña figura empezaría a crecer, creando una especie de manto y corona, adquiriendo además, los colores azules y rosados propios de las imágenes marianas, asegura Reyes.
Entre cambios y milagros
Esa creencia ha marcado la historia de aquellos pobladores, testigos de la transformación física y el poder milagroso de esta pequeña imagen. Ejemplo de ello, lo personifica Víctor Julio Yriza, quien como un cronista del tiempo, ha pasado gran parte de su vida en esos predios, observando el crecimiento de esta imagen a través de los años. “Cuando vi por primera vez a esa figura mariana, era tan pequeña que cabía en una caja de fósforo. Recuerdo que apenas estaba formada por un pequeño busto, es decir, no tenía ni los brazos ni el resto del cuerpo cubierto por ese manto, que hoy en día ostenta. Eso da una idea del crecimiento y transformación que ha tenido esta imagen a través de los años”, explica Julio. Esa misma opinión, la comparte la señora Carmen Beatriz, quien actualmente tiene la responsabilidad de custodiar la imagen de la virgen desde hace muchos años y la cual afirma: “cuando observé la imagen de esa virgen por primera vez era tan pequeña que sus rasgos eran casi imperceptibles. Con el tiempo, se le fue formando la corona, los brazos, manos y el resto del cuerpo, incluido el manto”, asegura Beatriz.
A veces triste, otras alegre
Otro de los cambios físicos característicos de esta manifestación mariana, según afirman los devotos, tiene que ver con el color de esta figura, la cual para algunos puede significar alegría, paz, peligro o tristeza. En este sentido, Carmen Beatriz, agrega: “como devota y custodia de la virgen, he podido observar cómo el color de esta imagen cambia en algunos días, pasando por la palidez casi blancuzca del manto hasta la adquisición de un color rosado o azul del mismo. Lo mismo, agrega, “pasa con el color de la cara, la cual algunas veces está pálida y en otras luce sus cachetes rosados y los labios rojos. Esto, desde mi punto de vista, son mensajes de alegría o advertencia que envía la virgen a sus devotos sobre su estado de ánimo en relación al ambiente que la rodea”.
Numerosos milagros
Para Soledad Yriza, otra fiel devota de esta manifestación mariana, y quien ha dedicado parte de su vida a difundir la fe en esta virgen, más allá de los cambios físicos que esta imagen ha tenido a través de los años, otro de los aspectos que destaca el poder de dicha figura celestial, radica en los innumerables milagros dentro del plano espiritual y material que esta ha realizado a muchos de sus devotos, los cuales, van desde mensajes divinos a través de los sueños, curación de enfermedades, protección contra tragedias, hasta encontrar un trabajo o una casa apropiada donde vivir, entre otras ayudas divinas, asegura esta creyente
SOBREVIVIENTE DEL DESLAVE
En el año de 1999, Venezuela vivió una de las más grandes tragedias naturales de su historia; el deslave de Vargas, episodio trágico donde murieron una gran cantidad de personas, dejando a su vez, grandes daños materiales. En relación a este hecho, el pueblo de Arenita, también sufrió innumerables daños producto de las inundaciones, como fue el caso de la parroquia donde reposa la imagen de la Virgen Aparecida de Arenitas, la cual se inundo, llenándola de agua, lodo y piedras. Sin embargo, el agua no llego hasta donde estaba la pequeña figura de la virgen. Este hecho, para muchos de sus devotos, simbolizó la necesidad de la Virgen de demostrar su poder ante las tragedias, llevando un mensaje de esperanza a todos los que en ella depositan su fe
Luis Manuel García / luismgarciaa@gmail.com |